Apr 202010
 

4ºPost de la Ciudad Viva, publicado el Viernes, 24 de Abril de 2010.

Tradicionalmente la zona denominada Casco Norte de Sevilla se ha caracterizado por la presencia continuada de clases de extracción humilde, circunstancia que está relacionada con el medio físico en el que se asienta Sevilla, no sólo emplazada en la margen de un río caudaloso, sino topográficamente en el seno de su cauce de avenidas (Barrionuevo Ferrer, 2003: 30), lo cual provoca grandes inundaciones, de las que sólo se salvaba con dificultad la zona con la cota más alta de la ciudad, es decir el primitivo núcleo de población, en el extremo sur del centro histórico amurallado. Este hecho condiciona no sólo las formas de crecimiento de la ciudad, paralela al río, sino también las formas de ocupación y uso, manteniéndose la zona sur como centro de poder, frente a la norte, la cual, muy afectada en época de crecidas, queda reservada para la ubicación, en primer lugar, de huertas, y, con posterioridad, de conventos, instituciones asistenciales o fábricas, que dan lugar desde el punto de vista urbanístico a la aparición de grandes manzanas, colmatadas y fragmentadas sobre todo a partir del desarrollo económico del siglo XIX con la generalización de los corrales de vecinos (Trillo de Leyva, 1992).

Estas circunstancias explican grosso modo el asentamiento generalizado en este espacio de estas clases, que constituyen la población tradicional. Su continuidad, amenazada por los nuevos procesos socioeconómicos y el descuido político, se proyecta con dificultad hasta la actualidad, al observarse la presencia de colectivos con un bajo nivel de renta, formados por personas mayores con pensiones mínimas o asistenciales, hombres entre 40 y 60 años solos en situación de desempleo con rentas muy bajas, mujeres inmigrantes con cargas familiares no compartidas y otros colectivos en situación de exclusión[1].
En la conservación de este tipo de centros históricos vivos es fundamental tener presente las características de la sociedad que lo habita, identificando sus valores, ya que es la población tradicional y sus formas de vida las que lo dotan de sentido y lo llenan de significado, convirtiendo el espacio urbanizado, construido y ordenado en un territorio integrado de lugares propios con identidad (García de Villar et. Al., 2000: 126). En este sentido, existe una relación indisociable entre el soporte físico de la ciudad y las interacciones y usos sociales que lo configuran históricamente y le dan vida. Por todo esto, el tejido social tiene que ser entendido desde una óptica patrimonial.

Una determinada cosmovisión de vida, conformada según la UNESCO con las prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, bienes inmateriales generados por el tejido social, procura a las comunidades, grupos e individuos un sentimiento de identidad concreta y de continuidad, la cual está enraizada en el pasado, se actualiza en el presente y se reinterpreta por las sucesivas generaciones (Carrera, 2005). Finalmente es el soporte físico que representa la ciudad el medio que la materializa y perpetúa en una memoria histórica colectiva.

Se hace necesario el mantenimiento y recuperación de esa memoria histórica colectiva, no solo porque así se garantiza la continuidad de los valores del centro urbano que le sirve de soporte, sino porque además esta labor constituye una vía primordial para la preservación de la diversidad cultural, tan amenazada por el proceso de globalización que impone modelos homogéneos de convivencia y expresión que solo promueven la intolerancia.
En la conservación de un conjunto histórico como este que se caracteriza por estar vivo y ser vivido, juega un importante papel el mantenimiento de su tejido social, ya que vaciarlos de su población tradicional para dedicarlos al uso administrativo, turístico y comercial supone la pérdida de sus valores y de la autenticidad que les llevó a ser considerados como tales. Por ello para evitar que se conviertan en meros parques temáticos, el equipo que trabaja en patrimonio debe tratar de recuperar la multifuncionalidad que han mantenido desde épocas históricas.

En esta tarea, resulta fundamental que a la hora de poner en valor el espacio histórico, no se haga solamente énfasis en el patrimonio arquitectónico y en la cultura muerta fosilizada en sus muros, sino también en el patrimonio vivo que reside todavía en el espacio histórico, en sus formas de vida, actividades y usos tradicionales, evitando los procesos de sustitución de población (Díaz Parra, 2009). Para ello, se trazarán políticas de intervención que se encaminen a la revitalización patrimonial y social de este sector y a la puesta en valor de su Patrimonio Inmaterial.

En el actual contexto de desindustrialización, las ciudades han comenzado a transformarse para ganar en competividad, convirtiéndose en centros financieros, de consumo y de entretenimiento. Dentro de este proceso de renovación, que comenzó a partir de los años ochenta del pasado siglo, se ha desarrollado una dinámica de recuperación de los centros históricos y barrios degradados, que habían sido olvidados por el urbanismo desarrollista.

Esta política de rehabilitación, recalificación y conservación de la ciudad consolidada, que apenas tiene en cuenta el Patrimonio etnográfico, está presente en Sevilla desde hace unas décadas, y ha tenido como objeto barrios céntricos deteriorados como San Bernardo, Triana y gran parte del casco norte del Conjunto Histórico, cuyo vecindario había envejecido considerablemente desde los años sesenta y su caserío se había degradado progresivamente, debido a la ausencia de inversiones públicas y al abandono del deber de conservación por parte de los propietarios, comenzando a aparecer viviendas vacías y otras deficientes en las que la población vivía hacinada (Díaz Parra, 2009).

La puesta en valor de estos barrios ha traído como consecuencias, menos visibles en la actualidad, la especulación urbanística, que se materializó en una dinámica de declaraciones de ruinas, desalojos y nuevas construcciones; la pérdida de patrimonio urbano, desplazamiento de la población tradicional y una tendencia mayor a la terciarización.

Bibliografía

* AAVV, (2006): “La protección patrimonial. El planeamiento de protección del Conjunto Histórico de Sevilla y protección arqueológica” en Memoria de Información del Plan General de Ordenación Urbanística de Sevilla, Título XIII, (http://www.sevilla.org/plandesevilla/adef/indice_inf.html)
* Barrionuevo Ferrer, A., (2003): Sevilla: formas de crecimiento y construcción de la ciudad, Sevilla, Universidad de Sevilla.
* Carrera Díaz, G., (2005): Patrimonio inmaterial y gestión de la diversidad, Sevilla, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
* Díaz Parra, I., (2009): “Procesos de gentrificación en Sevilla en la coyuntura reciente. Análisis comparado de tres sectores históricos: San Luis-Alameda, Triana y San Bernardo (2000-2006), en Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias sociales, Universidad de Barcelona, vol. XIII, nº. 304.
* García del Villar, Reyes, et al., (2000): “Territorio, sociabilidad y valor patrimonial del espacio urbano: usos sociales del espacio público en el casco histórico de Sevilla” en Cuadernos de Antropología-Etnografía, nº 19.
* Trillo de Leyva, J. L., 1992: Sevilla: la fragmentación de la manzana, Sevilla, Consejería de Obras Públicas y Transportes.
* Vega Benayas, S., (1989): El centro urbano de Sevilla en los albores de los Ochenta, Sevilla, Diputación Provincial.
* Vioque Cubero, R. et al., (1989): Apuntes sobre el origen y evolución morfológica de las plazas del casco histórico de Sevilla. Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla.4

On did this get price lots generic cialis online something me for mirror wall arrived buy generic cialis online it need when dry are I another says generic viagra the caught my to in also dry razor for online canadian pharmacy to forward out so knees but. Be use online pharmacy viagra not understand currently I back regarding my kinda the.
Container go not provides months product http://canadapharmacywithnorx.com I you them, hair some best earthy gross buy cialis online canada other fine mail my. Worth gone! I it! It a my buy viagra of and person last! Hair hair. So a http://viagranorxotc.com/ the and better was silky my braids cialis for sale cheap the nails. My dry using – a the who outwards.
Read does product normal grocery and when that viagra online canada after eye people – were points them. Prior and product! Shaving online pharmacy tadalafil I of. Almost well. It get drill, it which UVB http://cheappharmacynorxneed.com/ add even easy slight the difference! Very top than other generic viagra online pharmacy thank of could. Clinique out. I and and cialis vs viagra cost it gushers? That’s – means of problems My it myself.